martes, 28 de septiembre de 2010

¡Vuelve a el!

Somos unos vagabundos en la vida cuando nos tornamos indisciplinados; cuando dejamos de tener metas claras y propósitos altos que nos dignifican, que sacan lo mejor de nosotros hacia afuera. 
Cuando nos volvemos egoístas y buscamos solo satisfacción personal, olvidandonos de la caridad y de la ayuda a otros; perdemos identidad, perdemos claridad, no tenemos futuro por que vivimos el presente sin proyectos, abandonamos nuestros sueños por que hemos caído en un pozo depresivo al creer mentiras de inferioridad y de incapacidad.

En esta condición es muy fácil ceder a los deseos mas inmediatos, por que son los mas fáciles de satisfacer, y los que proporcionan un alivio temporal, brindándonos un escape de la realidad aparente que vivimos.

Pero esta falta de compromiso y determinación no hará mas que agravar la situación, haciéndonos vagar en oscuridades mas densas aun, siendo subyugados por la desesperación, con todo la compañía de males que traemos aparejadas con esta actitud.

Dicho esto quiero compartir unos versículos contigo, estos no necesitan mayor comentario, bueno, por ahora no lo haré, por que quiero que medites en el. Como también yo lo estoy haciendo aún, a pesar de haberlo leído hace dos días, y sabiendo que en la biblia hallamos, como siempre, riquezas sin igual.

Este es la porción que quiero que leas hoy...






Deuteronomio 4:29-31


29 »Pero si desde allí (de en medio de tus temores y angustias, de en medio de tus desiertos, de la esclavitud al pecado) buscas al Señor tu Dios con todo tu *corazón y con toda tu alma, lo encontrarás (la palabra encontrar es una promesa...yo diría indefectiblemente lo encontraras).30 Y al cabo del tiempo, cuando hayas vivido en medio de todas esas angustias y dolores, volverás (La fe que Dios tiene en ti, el no te ve como un perdedor, si te ve confundido, pero jamas un perdedor, el no ha hecho aun uno) volverás al Señor tu Dios y escucharás su voz.(LO que mas anhelas es eso escuchar la voz de Dios)31 Porque el Señor tu Dios es un Dios compasivo, que no te abandonará ni te destruirá (esta es una palabra que debes de declararla a tus enemigos, el no me abandonará ni me dejará) , ni se olvidará del pacto (el nuevo pacto) que mediante juramento hizo con tus antepasados.

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